martes, 13 de noviembre de 2012

El experimento Ruso


 


Investigadores Rusos a finales de los 40´s mantuvieron a 5 personas despiertas por
 15 días utilizando un estimulante basado en gas. Los tuvieron encerrados en un 
ambiente sellado para monitorear cuidadosamente el uso de oxígeno, de manera que
 el gas no los matase, debido a las altas concentraciones de gas. Esto fue antes de que 
existiera el circuito cerrado, por lo que tuvieron que usar micrófonos y ventanas con grosor 
de 5 pulgadas para observar a los sujetos.. El cuarto estaba lleno de libros, cobijas para dormir
 -pero ninguna cama-, agua corriente, baño y la suficiente cantidad de comida para que los 5 
sobrevivieran por un mes. 

Los sujetos de prueba eran prisioneros políticos y de guerra declarados enemigos del 
estado durante la Segunda Guerra Mundial. 

Todo estuvo bien por los primeros 5 días; los sujetos rara vez se quejaban después de que
 (falsamente) se les había prometido su libertad si aceptaban tomar parte de la prueba y no
 dormir por 30 días. Sus conversaciones y actividades fueron monitoreadas y los científicos 
notaron que conforme pasaba el tiempo, ellos hablaban sobre incidentes traumáticos de su pasado. 

Después de 5 días se empezaron a quejar de las circunstancias y eventos que los llevaron a 
donde estaban y empezaron a demostrar paranoia severa. Dejaron de hablar entre ellos, y 
comenzaron a murmurar de manera alterna en los micrófonos. De manera extraña, todos parecían
 creer que podían ganar la confianza de sus captores si traicionaban a sus camaradas. En un 
principio se creyó que esto era un efecto del gas. 

Después de 9 días, el primero de ellos empezó a gritar. Corría por todo el cuarto gritando 
repetidamente por 3 horas seguidas. Después, trato de continuar gritando, pero solo 
podía dar un grito ocasional. Los científicos postularon que físicamente se había destrozado 
las cuerdas vocales. La parte mas sorprendente de este comportamiento fue como sus 
compañeros reaccionaron a esto. O mejor dicho, como no reaccionaron… Continuaban 
murmurando en los micrófonos hasta que el segundo de los prisioneros comenzó a gritar. 
Dos de los prisioneros que no gritaban, tomaron los libros y llenaron pagina tras pagina de sus 
propias heces, y de manera calmada, los pusieron sobre las ventanas del cuarto. Los gritos cesaron 
de repente. 

Al igual que los murmullos de los micrófonos.. 

Segunda parte. 

Pasaron otros 3 días. Los investigadores checaban los micrófonos constantemente para 
asegurarse de que trabajaban, porque creían que era imposible no escuchar sonidos con 5 
personas dentro. El consumo de oxigeno indicaba que los 5 debían seguir vivos. De hecho, 
el consumo de oxigeno era el necesario para 5 personas que hacían ejercicio extenuante. En 
la mañana del catorceavo día, los investigadores hicieron algo que no debían hacer para llamar 
la atención de los prisioneros: Utilizaron el Intercom dentro del cuarto, esperando provocar 
respuestas de los prisioneros, pues temían que estuviesen muertos, o en estado vegetal.

Anunciaron: “Abriremos el cuarto para probar los micrófonos. Aléjense de las puertas y 
acuéstense con las manos atrás en el piso o se les disparara. Se le otorgara la libertad a
 uno de ustedes si obedecen”. 

Para su sorpresa, escucharon solo una frase, con voz calmada: “No queremos ser liberados”. 

Hubo gran debate entre los investigadores y fuerzas militares que financiaban el proyecto; sin
poder provocar mas respuestas utilizando el Intercom, finalmente se decidió abrir el cuarto a
 la media noche del día numero 15. 

Se limpio el gas del cuarto, y se lleno de aire fresco. Inmediatamente, voces de los micrófonos,
 empezaron a objetar. Tres voces diferentes rogaban por la vida de sus seres queridos, que 
encendieran el gas nuevamente. Se abrió el cuarto para sacar a los prisioneros. Gritaron 
mas fuerte que nunca, al igual que los soldados, cuando vieron lo que había dentro: Cuatro
 de los sujetos seguían “vivos”. 

Las raciones de los pasados 5 días no habían sido tocadas. Habían pedazos de carne de
 las costillas y pantorrillas del sujeto muerto colocados dentro del drenaje del centro del cuarto
 bloqueándolo, permitiendo que 4 pulgadas de agua se acumulara en el piso. Los cuatro
 “sobrevivientes” también tenían pedazos de piel y carne arrancada de sus cuerpos. La destrucción
 de tejidos y la exposición de huesos en la punta de sus dedos indicaba que las heridas fueron
 infligidas por las manos, y no con los dientes, como era de suponerse. Al examinarlos, se
 descubrió que la mayoría de las heridas fueron auto infligidas en su mayoría. 

Los la piel y los órganos detrás de las costillas fueron removidos; mientras que el corazón, los
pulmones y el diafragma seguían en su lugar. El tracto digestivo de los cuatro sujetos podía
 verse trabajar, digiriendo comida. Rápidamente se hizo aparente estaban digiriendo su propia 
carne, y que ellos la arrancaron y se la comieron en el transcurso de los días. 


 

Tercera parte . 

La mayoría de los soldados eran fuerzas especiales Rusas en las instalaciones, pero aun
 así, muchos se negaron a regresar al cuarto para sacar a los prisioneros. Éstos sin embargo, 
insistían a gritos que los dejaran dentro y de manera alterna rogaron y demandaron que se 
encendiera el gas nuevamente, para evitar quedarse dormidos. 

Para sorpresa de todos, los sujetos pusieron una resistencia feroz durante la extracción. Un 
soldado Ruso falleció cuando un sujeto le mordió el cuello, otro fue gravemente herido cuando
 otro de los prisioneros le mordió la arteria femoral y los testículos. Otros 5 soldados perdieron
 la vida, si se cuentan a aquellos que se quitaron la vida en las semanas consecuentes al incidente. 

Durante la lucha, uno de los prisioneros daño su bazo, sangrando de manera casi inmediata. Se
 intentó sedar al sujeto, pero fue imposible. Se le inyectó más de 10 veces de la dosis humana 
de Morfina, y aun así lucho como un animal rodeado, rompiendo las costillas y un brazo de un 
doctor. Se veía latir su corazón al máximo por dos minutos completos, mientras se desangraba, 
y continuó gritando por mas de 3 minutos, atacando a quien se le acercara, repitiendo la palabra 
“más” una y otra vez, cada vez mas débil, hasta que cayó en silencio. 

Los otros 3 sobrevivientes, fueron inmovilizados fuertemente y llevados hacia instalaciones 
médicas. Dos de ellos, con cuerdas vocales intactas, demandaban continuamente más gas 
para permanecer despiertos. 

El más herido de los tres, fue llevado al único cuarto de cirugía que había en las instalaciones.
 En el proceso de su preparación para colocar nuevamente sus órganos en su lugar, se notó 
que el sujeto era totalmente inmune a los sedantes. Peleó furiosamente cuando el gas anestésico
 se le estaba colocando. Se necesitó un poco más de anestesia de la normal para sedarlo, 
pero al momento que sus ojos se cerraron, su corazón se detuvo. En la autopsia, se encontró 
que en su sangre había 3 veces la cantidad normal de oxígeno. También se rompió 9 huesos 
en la lucha para no ser controlado. 

El segundo sobreviviente, era el que primero gritó del grupo. Con sus cuerdas vocales destruidas, 
el no pudo objetar la cirugía, y solo reaccionaba agitando violentamente la cabeza en desacuerdo
 cuando se le administraba el gas anestésico. Afirmó violentamente con la cabeza cuando
 alguien sugirió hacer la cirugía sin anestesia, y no reaccionó durante la misma, que duro 6 horas
 en la cual se intentó reemplazar sus órganos abdominales y cubrirlo con lo que quedaba
 de su piel. El cirujano afirmó que era médicamente imposible que el sujeto siguiera con vida. Una
 enfermera aterrada que ayudó en la cirugía, comento que la boca del paciente formaba una sonrisa
 cada vez que sus ojos se encontraban.
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